«La luz acota los oscuros, los silencios se hacen más presentes. Las formas flotan por sí solas tras la búsqueda de espacialidad. En una calma armonía de los silencios, la verdad de un sinuoso surco pone la inquietud de manifiesto». A. María Fiorellino
Ana María Fiorellino produce obras que son una fórmula exacta de sonidos materializados en figuras.
Matemática hecha pintura.
Más allá de la racionalidad, creando un lenguaje propio
que se define por la armonía,
que es cálculo que genera belleza, ritmo definido por contrastes.
Zonas de luces y sombras.
Como en la música; pausas, silencios, respiraciones seguidas de contrapuntos, melismas.
Ana María dispone de una polifonía de sentimientos de los que se presta para componer sin límites.
Ana María define su obra en frases llenas de poesía:
Mi pintura es una pintura distinta, sin estructuras, sin límites.
De silencios y libertad.
Rompe con los conceptos de lo abstracto que, generalmente, se vale de mucha materia y color careciendo de todo despojo
Trabajo con silencios, planos, espacios, caminos que surcan la obra, me compenetro y transporto al momento que realizo la obra.
Abstraerme del mundo, siendo mi propio mundo el lugar en donde en ese momento estoy, es el motor que propulsa la energía para que las pinceladas se fusionen con la tela dando comienzo a la creación.