Energía latente,
en busca del origen.
Volver a las raíces, sin salir, interiorizando.
Carlos Deuker destaca un telón de fondo,
un follaje protagonista que emerge
para recuperar lo propio,
o para recordarnos lazos perdidos en un mar de comunicaciones absurdas.

Con imágenes simples,
aunque dramáticas, tensas,
el artista nos hace comprender nuestra fragilidad.
Renacer en un viaje hacia lo que vendrá.
Los elementos primordiales
agua, madera, aire, fuego,
están presentes en la obra de este artista,
con el objetivo de replantearnos nuestra relación con la Naturaleza:
sonidos, sensaciones, texturas, aromas.
Volver a sentir y conectarnos con lo esencial será la clave.



Carlos Deuker utiliza tonalidades cambiantes,
delicadas, que cambian como las estaciones.
Intentando una conexión a través un fondo inmanejable.
Lo que parecía natural ya resulta extraño.
Colorimetrías fugaces, haces de luz que representan
una selva difusa,
el génesis del bosque.

Esta serie de obras es consecuencia del momento presente.
De manera metafórica, el artista logró retratar la emoción que permanece escondida en nuestros inconscientes.
Dejando de lado la racionalidad, indagamos por una respuesta.
Estar unidos en una red interminable de informaciones entrelazadas,
desconectados de nuestros orígenes.

Carlos Deuker hace referencia a una vuelta de la Naturaleza que es inevitable, incomprensible,
y cuestiona el lugar que ocupa el hombre en este escenario,
ya no como hacedor y dueño de todos los elementos,
sino como náufrago.

































